Vemos entonces que tener un perfil en redes sociales se toma ahora como una necesidad y como si fuera nuestra carta de presentación ante la sociedad, donde se sabe más de nosotros, de nuestros gustos, nuestras manías. Casi como si fuera obligatorio. Pero entonces vuelvo al punto, el internet nos ha dado toda una libertad y una posibilidad de crear y administrar nuestro contenido, ha transformado por completo la forma de crear la cultura, de desarrollarla, de determinar nuestras vidas, incluso nuestro desempeño en nuestro trabajo, ha mejorado incluso la conectividad entre personas, ha fomentado el trabajo grupal, ha hecho que los alcances internacionales sean mucho más fáciles y rápidos, pero se ha dejado de ver el respeto por el arte y la propiedad intelectual ajena.
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El internet ha hecho que muchas personas se dejen de fijar en de quién es originalmente el contenido que estamos viendo, del que nos estamos inspirando, el que estamos compartiendo, no nos preguntamos por la mente creativa del que surgió todo el concepto visual o auditivo que estamos viendo, o los textos o poemas que estamos leyendo, entonces, se ha visto que últimamente las infracciones a los derechos de propiedad intelectual/ de autor se han aumentado. Y esto ocurre a diario, casi cada minuto, asunto que incluso en varios países ha llegado a términos legales. Se han visto varias demandas por violación a derechos de propiedad intelectual por pasar por inocentes en la internet y en las redes sociales por el afán de compartir algo que nos llama la atención. Esto me lleva entonces a preguntarme, ¿es tanto el afán de aceptación que tenemos o de parecer otra persona más interesante en internet?
También es cierto que a muchas otras personas ni siquiera les importa quiénes ven lo que hacen, solo quieren compartir a extraños sus pensamientos, sus pasatiempos, sus dibujos; pero no está de más aclarar que hoy en día, prácticamente cualquier cosa que veamos en internet tiene un autor, tiene derechos, pertenece a alguien. Aunque, ¿realmente cosas mínimas como un tweet, un post de facebook o un instagram story se consideran obras con propiedad intelectual? Pues tal parece que ahora es así, que estas creaciones, por más mínimas o tal vez insignificantes o inocentes que sean, pueden llegar a tener la misma protección que un libro, un poema u otro.
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Aunque por el caso se ha venido entonces a dar lo que se llama la remezcla o la creación colectiva; como si a los creadores de contenido de la actualidad no les importara tomar una obra ajena y sencillamente modificarla (a veces en un mínimo detalle) y hacerla propia, y resulta que al parecer esto viene siendo válido como obra original. La emergencia del internet y de la interacción en los medios nos ha llevado al punto en que la creatividad a veces se reduce a lo mínimo, pero se sigue considerando creativo, y original. El hecho de habernos desprendido del material físico parece que ha transformado el concepto de arte y de creación, y lleva, por ende, al entendimiento de que ahora hay muchos más creadores y artistas, que básicamente cualquiera lo es.
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Finalmente nos encontramos en una era en la que la urgencia del internet la inmediatez de la información y la necesidad de interacción social (Que ahora viene determinada por la interacción en los medios digitales) nos ha llevado a todo un cambio en la definición y desarrollo de la cultura, a un cambio en nuestra propia personalidad con tal de agradar a los demás, porque si no tenemos un feed bonito o interesante en nuestras redes, no somos agradables, o si no tenemos un perfil en x o y red social, somos raros o sospechosos de cualquier cosa, en el que por el afán de considerarnos alguien en la vida, hemos llegado a un punto en el que tomamos obras o creaciones ajenas para hacerlas propias; o incluso creamos perfiles falsos en el que ocultamos quienes realmente somos para convertirnos en otras personas. Entonces ¿qué es un perfil? ¿qué es lo que ahora determina ese espacio que decía perfil profesional en nuestra hoja de vida? ¿pasó ahora a ser el internet el determinante de nuestro progreso? Tan solo puedo decir que hace falta, y mucha, esa época en la que nos urgía saber el autor intelectual de x o y obra o frase que vimos, que perdimos la capacidad de citar aquellas cosas que expresamos pero que sabemos que vienen de otro lado, que estamos incluso cometiendo delitos con tal de pasar por personas interesante, de tener cierto número de followers y de incluso monetizar nuestros contenidos que ni siquiera son nuestros. Básicamente nos estamos convirtiendo, infortunadamente, en una sociedad que urge de atención.
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"Pero el universo digital se topa rápidamente con las limitaciones impuestas por la Ley, las leyes de propiedad intelectual creadas en una época con una cultura que es materialmente inmóvil e in- mutable y que son aplicadas a otra época en la que la tecnología transforma completamente esta condición. Entonces se produce la paradoja irresoluble en la que vivimos."
Adolfo Estatella